jueves, noviembre 01, 2007

El ciego y la lámpara
























Un ciego se despidió de su amigo, y éste le dio una lámpara.
“Yo no necesito la lámpara, pues para mí, claridad u oscuridad no tienen diferencia” -dijo el ciego.
“Lo entiendo, pero si no la llevas, tal vez otras personas tropiecen con usted” -dijo su amigo.
-"Está bien"

Y caminó en la oscuridad hasta que tropezó con otra persona....

-“¡Huy!”-dijo el ciego.

-“¡Hay!” -dijo el otro.

-“¿No vio la lámpara?” -dijo enojado el ciego.

-“¡Amigo! Su lámpara estaba apagada”

5 comentarios:

Calle Quimera dijo...

Me temo que no le pillo la moraleja, Ashbless... :-(

Besotes.

Ashbless dijo...

Pues no creas que yo soy un hacha resolviendo estas cosas. Más bien cuento con el tiempo y la ayuda ajena para resolver estos acertijos zen...

Mi impresión es que igual que un ciego no puede servirse de ninguna manera de una lámpara, ni siquiera como señal o aviso, extrapolando esto se muestra cuan inutiles son muchas cosas -incluyendo ideas y costumbres- si no podemos percibirlas o beneficiarnos nosotros mismos de ellas...

Eso sí, se aceptan aclaraciones e interpretaciones...

Calle Quimera dijo...

Me quedo con esa interpretación, creo que es adecuada. Al menos, a mí me ha convencido.. :-)

Besitos.

Anónimo dijo...

Jejeje.. .
Me gusta. Me divierte-
-
.
Nos estamos en contacto. No pensaba comentar mi visita al blog, pero una pequeña historia merece 1 pequeño comentario...

Un saludo aMIGO.

Ashbless dijo...

Gracias primillo.

¿Tu sabes que es lo que no te sirve , para poder arrojarlo a un lado, y quitarte peso...?

Mi lista es larga, y aún junto cosas. Tirarlas es más difícil.

Gracias por pasarte por aquí. acuérdate de algo que te presté, que empieza a hacer frío...